Vestigios romanos en Palencia: villas de La Olmeda y La Tejada

Villa Romana La Tejada
photo_camera Villa Romana La Tejada

Hace más de dos mil años que los romanos llegaron a Península, su huella la han dejado a lo largo de todo el territorio español. Pero su gran destreza para unir teselas hasta formar extraordinarios mosaicos, se puede contemplar, en toda su magnitud, en las villas de La Olmeda y La Tejada, en Palencia.

VILLA ROMANA DE LA OLMEDA

En la Villa Romana de La Olmeda se conservan algunos de los mosaicos más importantes de la península, situada en Pedrosa de la Vega, en el municipio palentino de Saldaña, es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo romano hispánico. Descubierta en 1968, mientras se realizaban unos trabajos agrícolas, se trata de una gran mansión del siglo IV d.C., una villa con un edificio principal de planta cuadrada dispuesta en torno a un patio central y peristilo, al que se abren las distintas dependencias, la mayoría de ellas decoradas con mosaicos.

Es precisamente en el "Oecus", el salón principal de la vivienda, donde se conserva uno de los más relevantes y mejor conservados del mundo romano. En él se narra el episodio de Ulises en Skyros y bajo el tema principal, una cacería completa la escena.

Este gran palacio –más de 900 metros cuadrados- de época imperial, estaba flanqueado por dos torres cuadradas en la fachada norte y por dos torres octogonales en la fachada sur, que es la principal. Alrededor del patio central se repartían las numerosas estancias, más de 30, de la mansión romana: las orientadas al saliente, de mayor importancia y suntuosidad –la alcoba, el comedor y la sala de recepción que cuenta con uno de los mosaicos mejor conservados de España-, y entre las orientadas a poniente, el gran comedor principal. Pero dentro de esta enorme villa, en un espacio diferenciado, pero unido a ella por un pasillo, también había espacio para la zona termal, con más de diez salas entre vestuarios, baños fríos, templados y calientes…

La buena conservación de la villa se debe a la labor del propietario de las tierras, D. Javier Cortes, que las donó en 1980, pero que ya antes había entregado su vida al estudio y conservación del yacimiento arqueológico, trabajando hasta el último día de su vida a favor del yacimiento. En 2009, después de tres años de obras, la Villa Romana de La Olmeda volvió a abrirse al público, cubierta por una estructura de hierro y cerrada por un edificio construido en hormigón y acero córtem por los arquitectos Ignacio García y Ángela García. De esta forma, ahora se pueden visitar los  4.400 metros cuadrados de la villa de una sola vez.

Villa Romana La Olmeda - Detalle de mosaico


VILLA ROMANA DE LA TEJADA

Menos "mimada" y quizá menos conocida es la Villa Romana de La Tejada. Más antigua que la de La Olmeda, las autoridades no han prestado todavía la atención que se merece a esta otra joya del pasado romano de la Península Ibérica.

La Villa Romana de La Tejada. situada en Quintanilla de la Cueza, en el municipio de Cervatos de la Cueza a escasos 40 kilómetros de la Olmeda, parece que estuvo habitada desde el siglo II d.C., aunque su apogeo se produjo a finales del siglo III y durante el IV, hasta su decadencia en el siglo V d.C. y su progresivo abandono. Desde las primeras campañas de excavación en 1970, se ha puesto al descubierto un posible recinto termal, perteneciente a una edificación señorial que probablemente se dedicaba a la agricultura.

Los restos excavados muestran, tan sólo, una parte de la extensión total que ocupaba la villa. Un recinto termal con habitaciones destinadas a vestuarios, sauna, sala de masajes o piscinas de aguas frías y calientes. Bajo muchas de esas habitaciones se descubre el hipocausto, el sistema de calefacción precursor de las glorias castellanas y del moderno suelo radiante: a través de unos conductos huecos de arcillas refractarias que iban por debajo del suelo hueco -soportado por pilares o arcos- se repartía el aire caliente que se generaba en los hornos.

Los mosaicos que adornaban todas las estancias, permiten imaginar donde se colocaban las camas o dónde los bancos del vestuario. En ellos se aprecian las diferentes épocas que vivió la villa, en sus primeros años son más sencillos y después, coincidiendo con la época de esplendor, se vuelven más coloridos y con escenas más trabajadas. Mosaicos de hojas cuatrípetas, el de las cuatro estaciones, el mosaico de octógonos, el de Neptuno o el de Leda.

Además del espacio termal,  en la villa de Tejada se puede observar un pasillo, orientado de este a oeste y porticado, a lo largo del cual se disponen seis habitaciones dedicadas al uso lúdico y a la diversión –que cada uno imagine el resto-. También se han excavado otras dependencias, orientadas de norte a sur, que se sospecha que servían de almacenes.

A diferencia de la Villa Romana de La Olmeda, tiene una planta diseminada -no se construye alrededor del patio central-, por eso las sucesivas etapas van ampliando su estructura originaria. La extensión exacta del conjunto del yacimiento todavía no se conoce porque el resto de la villa se encuentra oculta bajo tierras de labor de propiedad privada que, por impedimentos económicos y legales, no permiten su excavación, aunque se cree que la villa podría ocupar 4 o 5 hectáreas.


Más información en la página web de la Villa Romana de La Olmeda y en el portal de Turismo de Palencia.

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