Matarraña (Teruel): Hogueras por Sant Antoni

Fiesta de Sant Antoni en La Portellada - Imagen cortesía de la Comarca del Matarraña/Matarranya
photo_camera Fiesta de Sant Antoni en La Portellada - Imagen cortesía de la Comarca del Matarraña/Matarranya

Fiel a la tradición cultural mediterránea, la comarca del Matarraña (Teruel) comienza su ciclo festivo anual conmemorando al patrón de los animales, Sant Antoni. Una fiesta popular que mezcla la iconografía cristiana con ritos ancestrales en torno a una fecha determinada, el 17 de enero.

Teruel existe y en el Matarraña, la fértil y agreste comarca encajonada entre la Terra Alta tarraconense y el Bajo Maestrazgo de Castellón, habla chapurriau, una variedad del catalán introducida en este territorio del Bajo Aragón a partir del siglo XII y que la vincula cultural y económicamente con sus vecinos limítrofes.

Diablets en la Fiesta de Sant Antoni en La Fresneda - Imagen cortesía de la Comarca del Matarraña/MatarranyaAl Matarraña sólo le separan 50 kilómetros en línea recta del mar Mediterráneo y su clima, especialmente benigno, se cuela lamiendo las cumbres del macizo de los Puertos de Beceite, Els Ports de Beseit, según sople el viento que viene de la costa. Hay una interesante excursión en 4x4 por esas montañas hasta el Tossal dels Tres Reis, cima en la que confluyen las tres provincias y en la que leyenda popular sostiene que se reunían los tres reyes sin abandonar ninguno su demarcación geográfica. Desde este punto, en los días despejados, se divisa el azul mediterráneo, una línea en el horizonte, y hasta la Peñíscola del Papa Luna.

La fiesta de San Antonio Abad se celebra en torno al 17 de enero. Y como toda celebración ancestral que pervive hasta nuestros días, ha sabido ir adaptando sus manifestaciones a los tiempos que corren. Cuestión de supervivencia que emula la vida del Santo emigrado al desierto y tentado por los demonios una y mil veces.

La de San Antonio es una fiesta eminentemente agrícola, de subversión de órdenes, en la que los animales ocupan por unas horas el lugar de los hombres y los diablos campean a sus anchas. El fuego purifica, fertiliza y anticipa el cambio de estación, y los vecinos se reúnen en comunión alrededor de las brasas para compartir viandas y dulces caseros.

Es un festejo tan arraigado en el calendario matarrañense que sólo uno de sus 18 municipios, el de Fórnoles, la excepción que confirma la regla, no lo celebra. Los animales empleados hasta hace unas décadas en el trabajo del campo han sido sustituidos paulatinamente por mascotas domésticas, las citas se ajustan al vaivén de la fecha en los calendarios, pero siguen vigentes los elementos básicos: la hoguera, el cerdo, los diablos, la recolecta y la subasta. Y, también, los dichos populares.

Diablet en la Fiesta de Sant Antoni en La Torre de Compte - Imagen cortesía de la Comarca del Matarraña/MatarranyaLa liturgia de la fiesta se ajusta al siguiente patrón: la víspera se hace la recogida de la leña para la construcción de la “barraca”, una pira de forma cónica en la que se apila la madera en torno al eje central formado con un pino al que sólo se le deja la copa; ese día, por la tarde, se enciende de la hoguera y se cena, y baila, junto a las brasas (o en los centros culturales, porque el frío aprieta y mucho). Al día siguiente, después de la misa del Santo, se bendicen los animales, recitándose los dichos y repartiéndose pan bendito. Por la tarde tiene lugar la recolecta de productos casa por casa, con especial participación de los demonios, para la posterior subasta que permitirá sufragar los gastos del festejo.

En La Portellada se conserva como peculiar, además, una representación de teatro popular, la santantonada, y la espectacular intervención de los diablets o correfocs, que el sábado 21 a las 8 de la tarde encenderán la hoguera (y la venta de pan, embutidos y vino). En Mazaleón se realizan los Tres Tombs, ritual que requiere dar tres veces al vuelta a la imagen de San Antonio para recibir su bendición. Después de la misa las mujeres se colocan los panistrets, cestos de mimbre, en la cabeza y se reparte el pan bendito.

Los demonios, diablets, que en la fiesta representan a los antiguos dioses paganos vencidos por Sant Antoni, también salen a las calles de La Fresneda (16 de enero), Ráfales (14 de enero) y Torre del Compte (20 y 21 de enero). Muchos de los pueblos del Matarraña cuentan con un impresionante patrimonio monumental que se remonta al siglo XV: calles medievales, palacios renacentistas, fortalezas, templos y lonjas conforman un tesoro en perfecto equilibrio con una naturaleza privilegiada. Son el escenario ideal para esta fiesta ancestral, puerta del carnaval.

Más información:

Turismo del Matarraña y Tel. 978 89 08 86

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