Formigal, mucho más que esquí

esquiar-formigal

A pesar de los altos ingresos que genera el turismo de verano, España tiene también un gran potencial como lugar de vacaciones de invierno. Tanto es así que el número total de estaciones de esquí alpino y nórdico en funcionamiento durante la última temporada (2016-2017) ascendió a 33 en nuestro país. Las cifras hablan por sí solas. Repartidos entre sus principales sistemas montañosos, el conjunto de estaciones ya había recibido en la temporada anterior (2015-2016), un total de 4,7 millones de personas. Además de la nieve, estas zonas suelen ofrecer toda una amplia oferta de actividades, esquiar en Formigal es una fantástica opción, pero también para disfrutar de la variedad monumental, paisajística y cultural que ofrecen sus alrededores.

Situado en el Valle de Tena, Formigal es el destino de cada vez más amantes de los deportes de nieve. "Debemos liderar el turismo de nieve, igual que estamos haciendo en otros sectores como el turismo de naturaleza, el cultural, el mariano o el vinculado a la ruta de los balnearios”, declaró el presidente de Aragón, Javier Lambán. Y de hecho, los datos parecen mostrar que se está yendo por el buen camino. La estación de esquí de Formigal ha superado esta temporada los 1,2 millones de esquiadores, experimentando así un incremento del 20 por ciento. Si hacemos una contextualización, estos datos significan que uno de cada cuatro esquiadores españoles elige la estación de esquí Aramón Formigal para practicar un deporte de invierno.

Este tipo de turismo deportivo tiene también repercusiones no solo en las instalaciones de esquí, sino también sobre el sector hostelero. En términos regionales, Aragón cuenta con alrededor de unas 45.000 plazas hoteleras, según los datos que maneja Turismo del Ejecutivo autonómico, creadas en torno a este turismo de nieve, ya que están localizadas en un radio de 35 kilómetros de las estaciones de esquí. Esta oferta hotelera se concentra especialmente en la zona pirenaica de la Comunidad Autónoma aragonesa lo que implica un 8 por ciento del PIB de su economía.

Sin embargo, el área de Formigal, además de la nieve, ofrece muchas más actividades deportivas y turísticas, como recoge la página web de esquiades.com. Cuando no nos encontramos en periodos de nieve, las rutas de senderismo se presentan por ejemplo como una de las alternativas al esquí.

Destaca, por su relevancia monumental, la ruta del Serrablo. Una de las cosas que más llama la atención en esta ruta son las casas de la zona: construidas con paredes de piedra y los tejados hechos de pizarra. Además, a lo largo de la ruta el senderista va encontrándose con iglesias que se ubican históricamente entre los siglos X y XI. En total, a lo largo de la ruta pueden encontrarse unas 14 construcciones religiosas de este tipo.

Además, el propio Formigal cuenta con una iglesia muy interesante que data del periodo prerrománico, concretamente del siglo XI.  De estilo mozárabe, cada una de sus piedras fueron trasladadas una a una desde Basarán hasta Formigal.

A menos de 4 kilómetros de Formigal, se encuentra Sallent de Gállego, un pueblo que se recomienda visitar especialmente en el mes de julio, cuando se celebra el Festival Internacional de las Culturas, Pirineos Sur. Se trata de un evento en el que coinciden personas culturas y sonidos llegados de los cinco continentes erigiéndose, así, como un punto de encuentro basado en la multiculturalidad y diversidad.

En su última edición, celebrada el pasado mes de julio, unas 60.000 personas se han dado cita en este festival y han disfrutado de sus actividades, un total de 72 actividades repartidas entre los 17 días que ha durado el evento, según los datos de la Diputación Provincial de Huesca. Aunque con un ambiente más calmado, el resto del año Sallent de Gállego sigue siendo una zona interesante para visitar. Cualquier viajero podrá apreciar la belleza de sus calles y su tranquilidad, lo que convierte a este pueblo en un lugar con mucho encanto.

Un poco más lejos de Formigal, a una hora, se encuentra también el Parque Nacional de Ordesa, que ha sido además declarado Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Protección para las Aves y ha sido cualificado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Con una superficie de 15.608 hectáreas, el parque nacional de Ordesa está situado a una altitud entre los 700 metros sobre el nivel del mar en su zona más baja y en los 3.355 en el Monte Perdido, su zona más alta. Este parque se caracteriza por albergar un gran número de paredes y acantilados. Además, su flora es de una gran riqueza y pueden encontrarse hasta 1400 especies diferentes, teniendo una representación de casi el 45% de las plantas de todo el Pirineo Aragonés.

Un paseo por este paraje permite también descubrir una gran variedad de fauna. El rebeco, el corzo, el oso pardo, el ciervo o el jabalí son solo algunas de las especies que podemos encontrar.

Más en Naturaleza de interior