Hotel Rural Villarromana en Saldaña (Palencia)

Exterior del Hotel Rural Villarromana
photo_camera Exterior del Hotel Rural Villarromana

A las afueras de Saldaña, en una antigua casa forestal de recuperación de aves rapaces, acaba de abrir sus puertas el Hotel Rural Villarromana, un remanso de paz que se ha convertido en uno de los últimos refugios del cangrejo autóctono de río y en cuyo restaurante se puede degustar un auténtico menú romano.

Situado junto a la Villa Romana de La Olmeda, el Camino de Santiago y la Montaña Palentina, el Hotel Rural Villarromana se levanta en una finca de 15.000 m2 con pinos, abetos, nogales, cipreses, sauces, álamos, fuentes y estanques con especies autóctonas.

Allí encontró Paco Caballero el lugar perfecto para abrir este alojamiento. Pero la idea venía de lejos, él conocía la finca desde pequeño, todos los niños de la zona sabían de su existencia porque la casa pertenecía al antiguo ICONA –el Instituto para la Conservación de la Naturaleza al que, en 1991, sustituyó la  Dirección General de Conservación de la Naturaleza- y era un centro de recuperación de aves rapaces, donde también había una pareja de lobos, un gato montés o un ciervo. Después pasó por distintas instituciones para acabar, definitivamente abandonada. Pero hace dos años, Paco, al que desde hace tiempo le rondaba la idea, decidió emprender este proyecto y rehabilitar la casa que se encontraba prácticamente en ruinas.

El agua de sus estanques y su fuente, de manantial, baja limpia y pura –es la misma, por cierto que embotella una conocida marca- y es uno de los últimos reductos del cangrejo autóctono de río. Hace más de treinta años, el cangrejo común era abundante en gran parte de la Península Ibérica y su pesca era algo habitual, pero hoy es una especie prácticamente extinguida que sólo sobrevive en algunas balsas y arroyos aislados de los cauces principales donde no han llegado las especies invasoras. Esta casa rural es uno de estos contados espacios.

En dos estanques consecutivos viven, entre las tejas que les sirven de escondite, los ejemplares de cangrejo autóctono que ya habitaban este espacio en los años 70 y que sobrevivieron al abandono e incluso a la falta de agua en los estanques. Un hábitat que Paco protege con mimo y en el que no se puede introducir ni la mínima piedra para no contaminarlo.  En el estanque más alejado de la casa, se pueden encontrar truchas autóctonas.

Pero las sorpresas que guarda este hotel, no acaban ahí. En su restaurante, El Saugal, se puede degustar un auténtico menú romano, sus fogones ofrecen la oportunidad de acercarse a la cocina de Marco Gavio Apicio -25 a.C-, unos platos fruto de muchos meses de investigación y documentación. Platos como el cochinillo, carnes de cabrito y cordero rellenas y aderezadas con garum, pastel de rosas, vino con miel y polyteles -exquisiteces- varias, todo ello regado con un vino, también especial. Una manera de sumergirse en el mundo romano con la posibilidad, incluso, de coger un paquete que incluye una noche en el hotel, la visita a la villa romana de La Olmeda y la degustación del menú romano. 

Cuentan con carpas para celebrar bodas y tienen proyectado comenzar en octubre las obras para hacer seis bungalows para aumentar la capacidad del hotel, spas individuales con capacidad para seis personas y para que los huéspedes tengan toda la intimidad y privacidad posible, piscina y cancha de pádel.
 


 

Hotel Rural Villarromana
Carretera de Guardo, 6. Saldaña (Palencia).
Tel. 979 892 684 - 615 38 94 80
Dispone de 14 habitaciones sencillas, comedor interior y exterior y sala de reuniones.
El precio de la habitación doble es de 80€ (más IVA).

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